martes, 26 de julio de 2011

Pensamiento bajo control


Los diarios del país, dan cuenta que el Presidente de la Comisión de la Asamblea que tramita la Ley de Comunicación, propone (Art. 10) incorporar a la normativa el siguiente texto: “Para efectos de esta ley, se entenderá por contenido violento todo mensaje que se difunda por cualquier medio, formato o plataforma tecnológica que denote el uso intencional de la fuerza física o psicológica, de obra o de palabra, contra uno mismo, contra cualquier otra persona, grupo o comunidad, así como en contra de los seres vivos y la naturaleza, tanto en contextos reales, ficticios o fantásticos”.

Esto, que para unirlo a la liturgia cristiana solo falta que se añada al final “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”, en buen romance significa que las redes sociales (facebook, twitter, linkedin, blogs, etc.) pasarían a ser controladas por el órgano censor estatal. Así las cosas, los internautas previo a participar en los foros tendrán que identificarse, escanear su cédula o pasaporte en un documento notariado con reconocimiento de firma y rúbrica y juramento de castidad mental.

De acuerdo al informe, nadie, por ningún medio o espacio público, podrá utilizar palabras o expresiones, en singular o plural, que puedan ser consideradas violentas, como: “sicarios de tinta”, “pelucón”, “gorda horrorosa”, “payaso”, “indio poncho dorado”, “traidores”, “cobardes”, “ecologistas infantiles”, “cadáveres políticos”, “prensa corrupta”, “izquierda trasnochada”, y otras similares que generalmente utiliza el Presidente, toda vez que quien se sienta aludido podría alegar que ha sido objeto de “violencia psicológica”, que de causarle un grave deterioro mental, sufrimiento, o afectación a la honra, daría lugar a demandas de reparación, que solo podrán resarcirse mediante el pago de millonarias indemnizaciones. Seguramente uno de los argumentos de los proponentes será que esto ya se aplica en China y en otros países tan revolucionarios como el nuestro, y que tal práctica ha mejorado el uso del vocabulario, la sintaxis, la redacción, las relaciones interpersonales, la obediencia civil, en definitiva, el buen vivir.

De la misma forma, según el texto legal propuesto, poetas y escritores tendrán que cuidar sus expresiones, ya no podrán decir, por ejemplo: “voy a matar una flor”, “el puñal de tu desprecio se clavó en mi corazón”, “arrojaré tu imagen al abismo”. De hecho, muchos dirán que la poesía irreverente de los Pedrada Zurda atenta a su salud psicológica. Tampoco se podrán escuchar los pasillos en youtube de Julio Jaramillo, que incitan al consumo de alcohol, y como todos sabemos, el alcohol es un depresivo que puede llevar al suicidio. Entonces, habrá llegado el momento en que como en tiempos de la inquisición, escritos y pensamiento que desafíen a la verdad y moral oficial tendrán que circular de forma clandestina, so pena que sus autores sean llevados a la hoguera purificadora que arde en el centro del poder.

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